miércoles, 24 de abril de 2013

Una montaña cantábrica: Pico Bustaúdo

  
   Cinco de los seis puntos de entrada a Allande por carretera parecen haber sido fabricados a propósito para dar al visitante una primera grata impresión y la sensación de que no ha perdido el tiempo escogiendo el viaje, tal es su formidable presencia. La puerta principal, desde el puente del Infierno y El Puelo, nos introduce en el concejo por los castañares interminables del valle del Arganza; una variente del mismo y con mejores panorámicas aún es la que sale de la misma villa de Cangas del Narcea y entra a Allande por el puerto de Santa Ana, camino de Besullo, con el fotogénico valle de Comba al frente; si lo hiciéramos desde el occidente, provenientes de Grandas de Salime, el río Navia forma allí un valle en V de altísimas laderas, que pareciera dibujado por un niño; para los que accedan a Allande por el norte, desde Boal, encontrarán a ambos lados del arroyo del Ouro un formidable cañón que abre el camino hacia las solitarias tierras altas de Bustantigo; pero aún hay otro punto más espectacular por el que llegar a uno de los concejos más fascinantes de Asturias, y no es otro que el que en abismal descenso cae desde el puerto del Pozo de las Mujeres Muertas hacia el corazón del Valledor, pasando junto a una sierra que no dejará de atraer constantemente la mirada, a pesar de lo estrecho de la carretera y el riesgo que ello conlleva, con el precipicio que hay debajo: se trata de la brutal sierra de Bustaúdo (castellanizada en los mapas como Busteagudo), formada por inmensas lajas de cuarcita, y atravesadas por dos visibles canales romanos, que desembocaban en la corta minera de oro de A Grova Rubia

      

   En lo más alto, el pico Bustaúdo es un mirador de primer orden hacia el Valledor, la sierra del mismo nombre y el escondido valle del río Trabaces, donde hay gran abundancia de cortinos (colmenares tradicionales), muchos de ellos adosados a paredes de roca. El ascenso a la cima es entretenido y rápido desde la carretera, y es un buen principio para empezar a conocer el Valledor y Allande. Esta ruta a pie viene descrita en el libro Allande. Guía completa.


Fotografías:
1. Pico Bustaúdo desde la carretera entre el Pozo de las Mujeres Muertas y Villalaín
2. La salvaje sierra del Valledor desde la cima del pico Bustaúdo
3. Pico Bustaúdo desde el pueblo de Cornollo

lunes, 22 de abril de 2013

Babú

 

   Hay poco nuevo que se pueda escribir sobre el perro más mediático del Alto Sil, Babú. Son docenas los montañeros que han tenido el lujo de poder contar con su compañía en las montañas en torno a Salientes, incorporándose junto a ellos a veces desde el mismo pueblo, y otras -como unos excursionistas que llegaban desde Vivero al Nevadín- cazándolos sobre la marcha. Todo aquel que caminó con Babú guarda buenos recuerdos, especialmente porque Babú ofrece su compañía sin más, sin esperar nada a cambio, ni siquiera comida. Cuando recorres la montaña con Babú parece como si lo conocieras desde siempre, tal es la química que es capaz de crear con cualquiera que camine a su lado. 

   Babú es uno de los extras gratuitos que el establecimiento de alojamientos rurales Mil Madreñas Rojas ofrece a sus visitantes, siendo los otros la hospitalidad, amabilidad y trato cercano de Mónica y Toni. Si ya encima te quedas a probar la cocina de Sagri (Sagrario), madre de Mónica y fantástica cocinera, el lote de satisfacción es absoluto. Como no hay parque infantil para los infantes, Babú resulta la atracción sustituta. Tocable y suave, es paciente hasta el infinito con trastos de todas las edades y no emite la más mínima queja ante las perrerías que inevitablemente termina recibiendo.


   Hubo tiempos de más compañía en su hogar, cuando primero Brown y luego Samy le invitaban a correrías perrunas de las que sólo él tienen registro, y que nunca nos contará. La desaparición sin dejar rastro tanto de Brown -que andaba siempre medio desaparecido y no llegó a extrañar tanto- como la de Samy han dejado a Babú sin las dos terceras partes de su cuota de ejercicio, y seguro que también de alegría, porque ahora se le nota fondón, pero también apagado. Si vas de excursión por Salientes y te encuentras a Babú -o él te encuentra a ti- no tardes en animarle a acompañarte, porque los dos saldréis ganando: tú, con horas de compañía noble y desinteresada, y él, recorriendo montes que ya conoce de memoria, pero que le da igual volver a explorar.


   ¡Ah!, por cierto, si encuentras a una chica con una carretilla cargando hojas, ramas o cualquier otro elemento arbustivo o arbóreo, esa es Carmen Madreña Roja, escritora con una extraordinaria sensibilidad y soberbios escritos, pero que a veces es más difícil de ver que el oso pardo, que al igual que él, está siempre por ahí cerca, porque anda preparando su siguiente exposición de Arte Vegetal, que unas veces es de puertas adentro y otras bajo la luz del sol o de las estrellas de Salientes.


Fotografías:
1. Babú, el perro con mirada humana
2. Un humano y un perro, los dos con el alma pura y noble
3 y 4. Babú, el amigo de los niños
5. Salientes, capital de montaña del Alto Sil, Babú y buena compañía


domingo, 14 de abril de 2013

El sol existe


Yes, yes, yes!!!
Nunca llovió que no escampara, pero parecía que no iba a acabar nunca...
Por fin salió el astro rey y Calecha se calza de nuevo las madreñas para salir al campo.

Feliz y soleada primavera!!!
Oh, happy day...

jueves, 11 de abril de 2013

Néstor Baz: el adiós de un librero ilustrado

  

   Tras 35 años al frente de la principal librería del noroeste leonés, Néstor Baz abandona el maltrecho mundo del comercio en general y el moribundo entorno del libro en particular, para iniciar una etapa más sosegada y con muchas menos preocupaciones. Néstor era un librero puro, esto es, un librero que leía lo que vendía, que debería ser una redundancia, pero no lo es. Esa afición por el papel impreso se extendía también a los mapas, ya que la librería Marne* que él creó era la única en muchos kilómetros a la redonda en disponer para la venta de las hojas topográficas del Ejército. Esa afición por la cartografía me la puso de manifiesto cuando, allá por el año 2006, le presenté el mapa de Muniellos - Fuentes del Narcea, porque él fue el librero que más interés mostró por su publicación, a pesar de que apenas abarcaba territorio de su comarca, Laciana. Fue también el único que, por iniciativa propia, desplegó el mapa sobre el mostrador, para ponerse a contemplarlo y revisarlo, algo que luego también haría con el mapa del Alto Sil que -ahora sí- incluía su tierra.


   Estos dos últimos años han sido letales para el mundo editorial, y no han sido la mejor de las despedidas que alguien enamorado de los libros pudiera tener. Néstor ha sido testigo de la entrada en zona de alto riesgo de dos especies en muy serio peligro de extinción: el librero y el libro impreso. Sin el segundo quizá algún día se pueda vivir sin que se le eche de menos, según nos vayamos marchando los que lo preferimos al libro electrónico, pero la desaparición de la figura del librero es algo mucho más grave, porque no es lo mismo un comerciante que sabe lo que está vendiendo que un dependiente de una gran superficie que en lo único en lo que nos puede ayudar es en decirnos si hay existencias del artículo o cuándo va a estar disponible -con todo el respeto a los que trabajen en grandes superficies, porque desde arriba ni se les exige ni se les prepara para lo otro-. Pero ese coger, pagar y que la única conversación sea oír el precio y dar las gracias al cajero se va extendiendo a muchos otros gremios, y no va a quedar más remedio que asimilarlo.

   
   Según se le vaya disolviendo el nudo que se le forma en el pecho a Néstor cada vez que recuerda que acaba de dejar atrás toda una vida, empezará a disfrutar del tiempo libre que hasta ahora apenas tuvo, con muchos años sin vacaciones, para poder, por ejemplo, visitar cuando quiera a su hija en Islandia, y sacar la caña de pescar para suministrar trucha ártica a toda la familia sin tener que pisar el supermercado. Teniendo cuidado, eso sí, de que -como cuenta Julio- no le suceda igual que en Eskifjördur, donde en una de las noches sin oscuridad de por allá arriba, no se tiene muy claro si estuvo a punto de pescar una ballena o una ballena de pescarlo a él.



   *El nombre de la librería Marne no está inspirado en el pueblo leonés a orillas del Porma, ni en las carniceras batallas de los años 1914 y 1918 o en el río francés donde tuvieron lugar, sino en Marta y Néstor, el binomio que la regentaba.

Las cuatro fotografías son cortesía de Julio Álvarez Rubio, que acompañó a Néstor en algunos de sus viajes a Islandia:

1. Pescando en el Horga. No sirva esta foto a quienes no le conozcan para intentar reconocerle, porque ahora Néstor está en el chasis.
2. En Gülfoss.
3. A modo de los inuit (esquimales) de otros territorios septentrionales, Néstor proveía de suficientes alimentos a su pequeño clan, a base de trucha ártica.
4. Casa Hofdi, en Reykjavik, fue el punto de encuentro en 1986 entre los dos hombres más poderosos del planeta: Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. Julio y Néstor emulan el acontecimiento (no sé quién representa a quién...).


domingo, 7 de abril de 2013

Miauuuu

Hoy en Calecha queremos hacer un pequeño homenaje a los fotogénicos gatos que nos vamos encontrando por los pueblos que visitamos.