Casi engullido por uno de los mejores bosques de la sierra de Ancares se encuentra el pequeño refugio de El Acebalín, cuyo nombre procede de la gran masa de acebos que crece en sus inmediaciones. No lejos de allí, ya fuera del bosque, hay dos pequeñas lagunas llamadas Lagos de Villouso, bajo la ladera sudeste del Pico de la Mostallal, denominado Mustallar en muchas publicaciones. Hay un recorrido que parte del pueblo de Burbia, y que se describe adecuadamente en el libro Ancares en coche y a pie, donde se asciende al Pico de la Mostallal y tras los lagos de Villouso se accede al refugio de El Acebalín.
Como todos los refugios del occidente de la cordillera Cantábrica, el de El Acebalín no tiene luz ni guarda, porque consiste en una simple cabaña para pasar la noche, que en este caso se puede hacer en un altillo que tiene capacidad para varias personas.