Hasta el año 2007, la braña de Valdeprado fue una braña fantasma. Aparecía en los mapas oficiales, sí, pero se la había tragado la tierra, porque ni pasando entre los restos de sus chozos -si las zarzas lo permitían- se veía una sola de sus piedras. Tan densa era la cubierta vegetal que los enmascaraba que la ocultación era perfecta. Un gran desbroce, por fin, las dejaba al descubierto. Para llegar a ellas se pasa por la cabecera del río Ceronciello o de Valdeprado, que allí es una interminable turbera. Se vaya desde donde se vaya, hay vadeo de río incómodo, e incluso con mojadura. Subiendo unos metros más, si no se ha borrado ya el hilo de desbroce que continuaba hasta el collado, se llega hasta el límite con los bosques de Degaña.
El macizo de Valdeprado se levanta grandioso desde allí, justo al otro lado del valle y ya fuera del espacio natural Alto Sil -razón inexplicable-. Es zona de confluencia de los dos mapas editados por Calecha Ediciones, tanto el de Muniellos - Fuentes del Narcea -por la cercanía de los límites del parque natural- como el mapa del Alto Sil, por razones obvias.