El recorrido entre el pueblo fornelo de Peranzanes y el degañés de El Rebotsar, a través del puerto del Trayeto o Trayecto ya fue usado en tiempos romanos para evacuar el oro de El Corralín y otras explotaciones próximas. Posteriormente, de nuevo por este paso, se convirtió en tradicional la romería al también fornelo pueblo de Trascastro, o más bien, a su célebre Santuario de Nuestra Señora de la Asunción.
La manta boscosa de la vertiente de Degaña es sólo una porción más de toda la alfombra que recorre de extremo a extremo el concejo, y que es de los ecosistemas más valiosos medioambientalmente de toda Asturias, con una importante población de oso pardo e incluso ejemplares del delicadísimo urogallo cantábrico. Desafortunadamente, los fuegos intencionados y continuos de la vertiente del valle de Fornela apenas han dejado en las laderas que miran al sur del valle -por donde discurre la vía del Trayecto- masas arboladas de mención, pero precisamente la que rodea el puerto del Trayeto por su vertiente meridional aún conserva parte de su buena calidad original, aunque los incendios le hayan ido creando algunas entradas en su cabellera.
El robledal del Trayeto es el colofón que a nadie decepcionará cuando realice la ruta a pie desde Peranzanes al puerto, brillantemente descrita por Julio Álvarez Rubio en su libro Ancares en coche y a pie. Los accesos tanto por Fornela como por Degaña se pueden seguir en el mapa Muniellos - Fuentes del Narcea.
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