sábado, 19 de enero de 2013

El canal de Páramo y la Peña de Sunante

   
   El agua que trae el río Sil a su paso por el barrio de La Estación de Páramo del Sil ha llevado, en muchos casos, un elaborado trasiego, que ya se explicará con detalle en otra ocasión. Uno de los trasvases menores de uno de sus afluentes, en este caso el río de Salentinos, consiste en una pequeña presa tres kilómetros río arriba desde el desvío a Matalavilla. Desde allí, una parte del agua se distrae bajo tierra hasta el embalse de Matalavilla, al que brota en forma de espectacular cascada -cuando el nivel del embalse está por debajo de la salida- tras kilómetro y pico de recorrido subterráneo. Otra pequeña porción del caudal se extrae en verano por un viejo canal de riego que, tras un largo periplo, da de beber a las tierras en torno a Páramo del Sil. 

   Es en su tramo inicial -que se puede recorrer a pie con las debidas precauciones, siempre que no sea verano- donde se encuentra un paraje realmente espectacular, primero bajo la Peña de Sunante y la grandísima pedrera que desciende de ella -y que amenaza con engullir el canal-, y luego cuando el canal atraviesa varias paredes verticales de cuarcita, excavado en la roca a bastante altura del pie de la pared. Existe un punto donde el canal va por dentro de una gran cañería, por encima de un precipicio, y donde conviene ser muy precavidos y caminar lo más alejados posible del cortado, con cuidado del resbaladizo musgo. El resto del recorrido no es precisamente cómodo, porque la presencia de numerosas varillas metálicas que cruzan el canal de un lado a otro impide caminar con frecuencia por la caja, obligando a subir al borde, estrecho, pero que tampoco necesita de ser funambulista. En otros puntos, la presencia de agua estancada también nos sacará por fuera, y cuando lleguemos a las cercanías de la carretera, dentro de un castañar centenario, el canal ya se vuelve intransitable en el sector final hacia Páramo, al estar la maleza a su alrededor casi juntándose desde ambos lados. El regreso, si no queremos hacerlo por el canal, es por un tranquilo e interesante paseo por la carretera, de unos cinco kilómetros, y disfrutando del mencionado soto de castaños, del entorno del Puente Blanco -con su fuente y merendero- y los cortinos o colmenares tradicionales que abundan en la confluencia del río de Salentinos y el de Valseco, a su salida del embalse de Matalavilla.


   El canal -que aparece como sendero- así como todo el valle de Salentinos, es localizable a través del mapa del Alto Sil, editado por Calecha Ediciones.